¿Qué sabe «El encargado» sobre nosotros?: El «tratado de manipulación» que arrasa en Argentina

Francella interpreta a Eliseo, un portero que encandila al público con un perfil de manipulador de manual. La serie es «una metáfora de las luchas de poder», según una psicóloga forense

Obsesivo como Christian Bale en American Psycho, tan manipulador o más que Jack Nicholson en Atrapados sin salida y observador minucioso como James Stewart en La ventana indiscreta. Eliseo, el portero de un edificio de lujo bonaerense interpretado por Guillermo Francella, reúne todas estas características y más en El encargado, la serie más seguida en Argentina de la plataforma Star+ que engancha también al público de otros países. «Es un tratado de manipulación», señala la psicóloga forense Ana Isabel Gutiérrez.

Eliseo es, desde hace casi tres décadas, el encargado. «El edificio es mi vida», llega a afirmar el personaje en un instante de la serie, que cuenta con dos temporadas.

El ya célebre portero sigue al dedillo el fundamento clave de El arte de la guerra: conocerse a uno mismo y al enemigo. El encargado del edificio vivirá principalmente dos particulares guerras, en las que, sobre todo, despliega un arsenal de recursos para, paso a paso, salir victorioso. «Él va generando servidumbre, que es mucho más útil que eliminar enemigos», remarca Gutiérrez. Para lograr sus objetivos, las estrategias son diversas y están meticulosamente establecidas para cada vecino. Lo importante es encontrar el camino para ganarse su favor a través de la compasión, del agradecimiento y, si es necesario, con artimañas como la coacción. «Para un psicópata instrumental, las personas no somos vínculos. O somos útiles o dejamos de serlo. La serie es una metáfora social que refleja las luchas de poder», añade la psicóloga forense.

Eliseo no es un portero al uso. Nada se escapa de su responsabilidad como encargado, pero tampoco de su control. «Hemos investigado mucho y, en ningún país del mundo, el portero tiene tantas atribuciones», afirmó en La Nación uno de los directores de la serie, Gastón Duprant. El cineasta forma una dupla con Mariano Cohn, artífice de películas premiadas como El ciudadano ilustre o la reciente Competencia oficial, con la participación de Penélope Cruz. Para construir esta serie también contaron con incontables testimonios que narraban relaciones entre vecinos y porteros. También la experiencia de los propios cineastas, aunque pasaran hace tiempo de vivir en pisos a hacerlo en sus respectivas casas.

Dos caras, servicial y melosa

Gutiérrez detecta rasgos de las dos caras que muestra el encargado de este edificio porteño. Una vertiente pública: «Servicial y melosa». Y otra, más oculta, salvo para la cámara, en la que se muestra «rencoroso y manipulador». Su mente es ágil y es casi imposible verle nervioso, pese a situaciones totalmente imprevistas. Eliseo tiene una inquebrantable confianza en sí mismo, de la que hará gala durante todo el metraje. «Tiene una paciencia infinita y es muy poco impulsivo», asegura la psicóloga.

El edifico es, a juicio de Gutiérrez, la particular «tela de araña» de Eliseo. «Tiene una máscara perfectamente modulada», destaca Ana Isabel Gutiérrez, que también pone en valor el uso «magistral de la comunicación no verbal» de Francella, uno de los actores más reconocidos de Argentina, presente en películas icónicas del cine del país como la oscarizada El secreto de sus ojos.

La serie, enriquecida con un armado ecosistema de secundarios, tiene asegurada una tercera temporada y, según afirman los directores, se encuentran en negociaciones para filmar una cuarta.

 

FUENTE: https://www.lavozdegalicia.es/